miércoles, 17 de marzo de 2010

LECTURA CARLOS THIEBAUT: LA MAL LLAMADA POSMODERNIDAD

El autor considera que la Posmodernidad se configuró en los años 60 y las dos siguientes décadas, estableciendo los límites del programa moderno. Sin embargo, plantea la duda de que el término Posmodernidad se ha venido usando posteriormente como etiqueta de mercado que engloba un conjunto de posiciones no siempre coherentes entre sí. De esta forma el término se usa con distintas definiciones y teorías. Precisamente el término modernidad también ha tenido varias acepciones. Según el autor, lo que más resalta la Posmodernidad es la crítica interna al programa moderno, o cómo extraer lo positivo de ello.
Establece cuatro momentos del debate modernidad-posmodernidad.

La desvanecida complejidad de las racionalidades modernas_
En la modernidad, la racionalización de expresó en la diferenciación de esferas de valor: cognitivas, normativas y expresivas, lo cual indujo las formas autónomas de prácticas sociales. Los modernos, por lo tanto, entendían el proceso de modernización como un proceso de creciente complejidad a partir de la diferenciación de saberes. Los criterios de validez de los distintos ámbitos llevaban un camino distinto y se configuraban en prácticas e instituciones diferentes.
La Posmodernidad analiza cómo la sociedad moderna configura la dimensión sentido, que es el lugar donde se clarifica el significado de la acción. Se llega a la conclusión de que la dimensión sentido no se corresponde con ninguna de esas lógicas diferenciadas, con lo que se observa cierta ambigüedad.
En cuanto al arte, la modernidad proclama el arte autónomo en su práctica y su lenguaje.

Con el romanticismo contra la ilustración: la pluralización de los lenguajes_
Aquí el autor establece una semejanza de la crítica de la Posmodernidad a la modernidad con la que hacía el romanticismo a la ilustración. Frente al universalismo de la ilustración, el romanticismo proponía el contextualismo, el pluralismo, la diversidad de formas materiales, la idea de lenguajes en lugar de lenguaje.
Siguiendo al romanticismo, la Posmodernidad desconfía ante las construcciones racionales en la política en favor de políticas puntuales y propone la vuelta a la materialidad diversa y plural de los mundos y los estilos de vida. En este contexto, los textos, las obras artísticas y los contextos lingüísticos de comunicación son el foco de atención crítica, y no los procesos de producción o los programas que los articulan. Por tanto, el conocimiento se centra en la pluralidad y la materialidad de los lenguajes, destaca la particularidad de la obra, la diferencia. Lo importante es cómo es la obra y cómo significa. Sin embargo, se incide en que el hecho de los contextos normativos sean plurales no significa que cualquier significado pueda darse en cualquier contexto. Con esto entiendo que no se trata simplemente de “todo vale”.

Contra el romanticismo: el desvanecimiento del sujeto_
Aquí se plantea una ruptura con el romanticismo cuando éste reivindica al sujeto como articulador y creador del sentido, y la Posmodernidad proclama el desvanecimiento del sujeto. Elimina la categoría de subjetividad, por lo que los procesos de significación carecen de intencionalidad y los significados se dejan en libertad, con sus posibles contradicciones. Se rechaza que un autor pueda proponer algo a través de su obra.

Contra el canon moderno: el colapso de la historia_
La Posmodernidad considera un desvanecimiento de la idea de programa o proyecto, una imposibilidad de pensar una concepción del tiempo histórico como progreso, como secuencia o como proceso de aprendizaje. Considera que es necesario disponer de todos los códigos del pasado para la definición del presente. Esto se ve fácilmente en la idea de deconstrucción en arquitectura. La originalidad en cada acción consiste en la combinación de códigos anteriores y contemporáneos. Este gesto pretende redefinir el sentido del presente.
El autor plantea una contradicción ya que, al abolir la temporalidad histórica, el presente también debería ser abolido y no utilizado para una crítica de lo anterior.

En definitiva, el autor encuentra contradicciones en el hecho posmoderno, y considera que en algunas disciplinas realmente se está volviendo a teorías modernas. En mi opinión, como hemos visto en otros textos, la Posmodernidad no es más que un momento en que confluyen varias cuestiones, pero no una teoría misma, por lo que ella misma presenta fisuras.

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